Adulta mayor del CESFAM Dos de Septiembre sueña con ingresar a la educación superior
A sus 74 años Judith del Carmen Mora Rebolledo (74), nacida y criada en Los Ángeles, madre de 2 hijos, abuela de 6 nietos y bisabuela de 1 bisnieta, sentía que debía concretar algo pendiente en su vida. Por eso, estimulada por su familia, se atrevió y rindió recientemente la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) con el objetivo de ingresar a la universidad, instituto profesional o centro de formación técnica.
Vecina de la población Dávila y usuaria del CESFAM Dos de Septiembre y del programa Más Adultos Mayores Autovalentes, se reintegró a mediados de 2023 a las actividades del establecimiento, luego de un periodo alejada producto de la pandemia y del fallecimiento de su marido –con quien estuvo felizmente casada durante 54 años-, ocurrido en febrero de este año.
“Antes de la pandemia ya participaba, acá, en los talleres y después quedé por ahí y en eso falleció mi esposo. Me empezaron a llamar, que viniera, que me iba a hacer bien y todo, pero yo quise tomar ese proceso, así que en un par de meses volví, como en junio o julio. Me sentí muy bien acogida acá porque las señoritas nunca tocaron ese tema mío, que era triste para mí, pero sí empecé a hacer amistades, amigas, las que yo antes tenía del grupo en el que participaba, entonces se me hizo muy fácil. Con cognitivo, con terapeuta, con kinesiólogo; estaba en 2 grupos, el día miércoles y el viernes”.
ANHELO INCONCLUSO
Judith realizó sus estudios básicos en una escuela rural y regularizó su enseñanza media en la década de 1990, en una institución de educación para adultos. Luego priorizó a su esposo y niños, pero siempre sintió que algo le restaba por hacer. Ahora –y es el mensaje que quiere transmitir a otras personas mayores- tiene claro que nunca es tarde para estudiar o para hacer cualquier cosa, sólo hay que atreverse. Tal cual lo expresó a ella uno de sus hijos, motivándola a dar el paso decisivo.
“Es por un logro personal, mamá -me dijo-, si no es para que vaya a sacar alto puntaje y todo eso. Y ya po’, me decidí, me estuve preparando un poco, retomando algunas cosas, leyendo; había una pizarra, me dejaba algunas cosas de Matemáticas, ‘ésta está bien, ésta está mal’ y muy incentivada por mis hijos, mi familia, mis amigos de la iglesia que pertenezco yo –los neo catecúmenos, yo estoy en un grupo de la iglesia de Fátima-, así que me dijeron que les mandara un saludo y tengo que acordarme de ellos. Y siempre mis hijos, principalmente”.
Sus amigas, las que ha hecho en el Centro Holístico Integral de Promoción de Salud (CHIPS) del CESFAM, donde acude semanalmente, le han demostrado su admiración y la han apoyado durante todo este proceso, al igual que las y los profesionales de salud. En esa compañía espera lograr el puntaje necesario y, sobre todo, poder acceder a la gratuidad, para cumplir su sueño de estudiar diseño de vestuario, como primera opción.